jueves, 25 de octubre de 2012

Un libro, un tesoro.

Vuelve el otoño, fresquito y lleno de agua.
Se acabaron las horas de luz en el parque o callejeando por la ciudad.
Es tiempo de sofá, manta y lectura.

Es evidente que la tecnología lo domina todo, no iba a ser menos el mundo de los libros.
Es un mundo por descubrir para mí y creo que tardaré mucho tiempo, de momento donde esté un libro, que se quite un E-book, libro digital o yo que se qué. A mi me gusta el olor a papel, su textura, que se arrugue, escribir en él, poder subrayar las frases que me vuelven loca!!!
Eso para mí, sí es un libro.

Reconozco que hoy en día que todo se nos ha vuelto "optimizar recursos" es un gran avance, muchos libros al alcance de tu mano, ocupando un mínimo espacio.
La vida se vuelve minimalista, y no nos damos ni cuenta.
Pero yo , hoy por hoy, me quedo con su formato original , quedarme sin sitio en el bolso, tener que poner un estante más en el escritorio, llenar la mesa de polvo al limpiarlos,  me quedo con el papel sin duda!

Y por ello , después de esta oda al libro, os enseño algo.
Algo que por muy bonito que sea, o decorativo, juntarlo con un libro digital, poco sentido tiene.










Son unos marcapáginas muy risueños, que harán que no te pierdas ni una sola vez, por las páginas de tu libro favorito.



Ya se encargan ellas, de enseñarte el camino.


Te harán compañía en tus aventuras y siempre te sonreirán, aunque sea la historia de miedo más terrorífica del mundo!




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